La propuesta de la venta de órganos a quien esté dispuesto a pagar más, es un paso más de Javier Milei en la idea de un estado anarco-liberal, donde el dinero sea la llave de todo.

Bajo esta premisa enloquecida, y a base de gritos y un extraño carisma, el libertario se metió en el juego grande de la política nacional.

Claro que para eso contó con la ayuda inestimable de los medios hegemónicos quienes no solo le abrieron sus puertas casi a diario, sino que lo alabaron e hicieron crecer su imagen.

Sin embargo, los tiempos están cambiando y ya no lo miran con los mismos ojos. El potencial daño que podría traerle su presencia a una candidatura de Juntos por el Cambio hace imprescindible sacarlo del juego. 

Así es que se empiezan a escuchar las críticas a sus propuestas y, como Longobardi, a calificarlo de loco y de peligroso.