Ya a nadie sorprenden los delirios de Carrió, que llegó a decir que la Sputnik llegaba al país por un negocio de Cristina con Rusia y hasta denunció al presidente por envenenamiento.

Pero sigue siendo grave que cierto sector del periodismo no sólo avala sus denuncias sin fundamentos sino que le dan espacio para que las haga sin hacerle repreguntas ni cuestionarla.

Esta vez la denuncia está tan cerca del ridículo que ni siquiera puede ser tomada en broma. La señora, exdiputada aseguró, sin ponerse colorada que La Cámpora afiliaba gente a cambio de una vacuna.