En un monologo exasperado y confuso del peluquero Fabio Cuggini en contra de la política, los planes sociales, los piqueteros, el Día de la Memoria, y demás, colmó el límite de Hernán Lechter que no lo dejó pasar.

El economista primero lo cruzó por decir que a los piqueteros habría que sacarlos agarrando una metralleta y bajándolos a todos, y luego por no respetar el Día de la Memoria, anteponiendo su derecho a transitar.

Cuggini siguió con su discurso enloquecido y ultraviolento pegándole a todos, desde Milei hasta Alberto, pasando por Larreta y Scioli, ante la mirada estupefacta de Hernán Lechter.