Si tenés como invitado al ministro de Salud porteño se podría aprovechar para hacer preguntas puntuales sobre el avance del virus, medidas de prevención, hablar de los errores que se cometieron.

Pero la experiodista de espectáculos prefirió ponerse del lado de las más ridículas teorías conspirativas, cuestionó las vacunas como una señora de barrio que chismorrotea en la verdulería y hasta se atrevió a decir que el protocolo para los fallecidos tenía que ver con un supuesto tráfico de órganos.

Fernán Quirós demostró su caballerosidad al no cortar la entrevista y dejarla mal parada y trató de explicarle las cosas a la altura de la interlocutora que el tocó en suerte.