Las pésimas condiciones edilicias del colegio Nicolás Avellaneda del oeste del conurbano terminaron de la peor manera. El auxiliar Rubén “Oso” Rodríguez, y la vicedirectora Sandra Calamano, murieron en la explosión, que se produjo por una fuga de gas.

El hecho había sido denunciado en el Consejo Escolar, que está intervenido por el gobierno de María Eugenia Vidal.