El cruce fue tan insólito como inesperado porque nada unía a los adversarios. Pero bastó que Milei entonara las estrofas de uno de los temas emblemáticos de la banda, a capella y a los gritos, cambiándole ligeramente la letra para acomodarla a sus consignas para que la conexión se realice.

Lejos de sentirse halagados los rockeros aclararon que estaba en las antípodas de las ideas de Javier Milei, lo que le alcanzó al economista ultraliberal para atacarlos sosteniendo que habían cobrado del Estado por actuar, lo que en su lógica es casi peor que un delito.

Pero llegó la respuesta lapidaria de la banda.