Las espías ilegales llegan a un nivel que sorprende a ajenos y a propios. A propios porque el Gobierno investigó las actividades de dirigentes del entonces oficialismo.

Pero ahora nos enteramos que se llegó todavía más bajo. Graciela Caamaño denunció que la AFI espió a los familiares del ARA San Juan, que se reunieron a partir del hundimiento del submarino.

Según se contó en Animales Sueltos, hubo infiltrados que se hacían pasar por familiares para sacar información. Lamentable.