Por tratarse de un barrio muy frecuentado por el turismo internacional, en Puerto Madero cada vez hay más robos pero al parecer la policía está muy ocupada en prohibir que una chica que estaba cantando, hiciera su trabajo y le diera un poco de alegría a la gente.

Claramente los agentes no tiene la culpa ya que ellos sólo cumplen órdenes y no deben utilizar el sentido común ni pueden tomar decisiones propias.

La responsabilidd sobre esta aberración viene claramente de más arriba pero la piba no pudo cantar y los turistas y transeúntes se quedaron sin poder disfrtuar de su arte.