Como un capricho del destino y ante un inminente ataque por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia hacia Siria -con un todavía no comprobado ataque químico como excusa- el presidente estadounidense Barack Obama llamó a continuar el trabajo pacifista que inició Martin Luther King, durante la celebración de los 50 años de aquel famoso discurso.

Desde Washington se intenta imponer la idea de las armas químicas, aunque todavía resta verificar qué bando es el responsable de ese supuesto ataque que tuvo como víctimas a más de mil civiles.

Mientras tanto, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-moon le pidió a la comunidad internacional que suspendan cualquier iniciativa armada hasta que los inspectores finalicen su trabajo, que recién lleva 48 horas.

"Demos una oportunidad a la diplomacia, demos una oportunidad a la paz", dijo al tiempo que exigió la espera por los trabajos de investigación: "Dejémoslos acabar su trabajo de cuatro días y entonces los expertos tendrán que analizar científicamente antes de informar al Consejo de Seguridad".

"Paremos esta lucha y empecemos con el diálogo", advirtió el diplomático surcoreano, al tiempo que denunció la "situación catastrófica" el país árabe, en un conflicto que lleva "más de 100.000 muertes".

Obama se pronunció sobre el conflicto en Siria: "No he tomado una decisión, he recibido opciones por parte de nuestras fuerzas armadas, y he tenido extensas discusiones con mi equipo de seguridad nacional".

"El arco del universo moral se puede doblar hacia la justicia, pero no doblarse por sí solo, se requiere vigilarlo”, dijo el presidente estadounidense en referencia a los logros en materia de igualdad, aunque no podría utilizar el mismo concepto para referirse a la política militar del país norteamericano.

Bachar El Jaafari, embajador de Siria ante la ONU, aseguró que los rebeldes han perpetrado ataques con armas químicas, con el fin de conseguir la excusa y “provocar el ataque” occidental.

El Jaafari pidió que los hombres de la ONU investiguen tres supuestos ataques químicos cometidos la semana pasada por los rebeldes -sospechados de contar con financiamiento del gobierno estadounidense- en las afueras de Damasco, durante los cuáles “miembros del Ejército sirio inhalaron gas venenoso”.

En Londres hay fuertes protestas ante el inminente ataque a Siria

Varios cientos de personas se manifestaron frente a la residencia y despacho oficial del primer ministro británico, David Cameron, en Downing Street, de cara a una inminente intervención militar en Siria.

"Creemos, como la gran mayoría de la gente en el Reino Unido, que sería un desastre y que podría incendiar la región", sostuvo Chris Nineham, la vicepresidenta de Stop the War, la organización que convocó la protesta.

"Creemos, como la gran mayoría de la gente en el Reino Unido, que sería un desastre y que podría incendiar la región", sostuvo Nineham, que encabezó a las más de mil personas que se pronunciaron en contra de una ofensiva armada en el país árabe.

Según una encuesta elaborada por la firma YouGov, un 74 por ciento de los votantes británicos rechaza una invasión a Siria.

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia) discuten un borrador elaborado por Cameron,  en el que se requiere el uso de la fuerza en Siria.

El texto prevé el uso de todas las medidas necesarias bajo el Capítulo 7 de la Carta de la ONU, con el fin de proteger a los civiles.