A Fernando Iglesias no hace falta buscarlo mucho para encontrarlo. Bastó que Pablo Duggan le preguntara por Twitter si tenía datos que refrendaran sus infundadas sospechas sobre la aparición de ciudadanos iraníes en un avión venezolano para que mostrara todo su odio concentrado.

Sin pruebas pero tampoco con dudas, sostuvo Iglesias su afirmación de que se trata de terroristas islámicos ingresados a la Argentina con la venia del gobierno peronista.

Ante tamaño descalabro jurídico y falta de contundencia en su denuncia el periodista de C5N no tuvo más que cerrar la conversación con un tono lapidario.