Con un elegante piloto azul que la cubría de la persistente lluvia que caía desde la mañana, poniéndole aun más épica al encuentro de la líder con sus votantes, la Vicepresidenta llegó al palco que se armó de espaldas a la Casa Rosada.

Lo que llamó la atención -y a algunos les hizo acordar de la famosa escena de Rucci sosteniendo un paraguas en el regreso de Juan Domingo Perón al país- un asistente la protegió para que llegue de la mejor forma para dar el esperado discurso.