A José Luis Espert la caravana de Javier Milei recolectando voluntades en su enloquecida campaña electoral lo encontró primero creyéndose un par y luego arrastrándose hasta ubicarse como un ariete comunicacional del Gobierno.

Pero siempre tuvo una alta estima de sí mismo y se cree para más, por lo que aspira a ir por la gobernación de la Provincia de Buenos Aires.

Para eso necesita confrontar con Axel Kicillof, quien lo ignora permanentemente, a pesar de que las piedras que le tira el economista ahora libertario sean cada vez más grandes.

Con la última demostró que está dispuesto a entrar de lleno en la guerra sucia de redes, trucando una foto para hacer una truculenta imagen del gobernador con las manos chorreantes de sangre.