La Justicia Federal tomó cartas en la ridícula medida cautelar dictada por la Cámara Porteña y la dejó sin efecto y remitió la causa a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Era obvio que la cámara que había dictado ese fallo no tenía competencia en un conflicto entre un decreto presidencial que tiene carácter de ley nacional y los intereses espurios de la Ciudad de Buenos Aires.

Así todo vuelve a foja cero y los alumnos porteños podrán tener clases virtuales hasta el 3 de mayo, cuando, de notarse una baja en los contagios se podrá volver a las clases presenciales cumpliendo los protocolos.

Se espera que los jueces amigos del macrismo que habían tomado esta ridícula decisión sean sancionados.

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