Como si la excusa de la apretada agenda no fuera lo suficientemente floja también esgrimió que a pesar de que ellos desde que nacieron a la política debaten, se excusó en que no hay un debate en la Provincia desde 1987 cuando se cruzaron Cafiero y Casella.

En este ida y vuelta el precandidato se comprometió a debatir una vez pasadas las PASO cuando realmente sea candidato. Si es que eso sucede, claro.