El planteo de Fabián Doman fue tan ridículo que hasta sus propios panelistas intentaron sin éxito explicarle el por qué era necesario que hubiera policía en un lugar donde cientos de personas decidieron realizar una protesta que incluyó un acampe.

Desde que se debía a un protocolo hasta que si hubiera habido algún incidente él mismo hubiera reclamado por qué no había seguridad.

Pero Doman estaba más empacado que en la interna de Independiente y no dio su brazo a torcer y sostuvo todo el tiempo que era innecesaria la presencia policial.

Sólo dejó en claro que no hay una que le venga bien y que no hay peor sordo que el que no quiere escuchar.