En tiempos donde la ciencia y la vida cotidiana se cruzan cotidianamente por las necesidades propias de la pandemia, Adrián Paenza fue el encargado de narrar un suceso ocurrido años atrás pero que fue el germen de lo que más tarde se implementó como una política de Estado del kirchnerismo.

La repatriación de científicos y las mejores para los investigadores no fue algo que surgió del día a la noche, ni un capricho antojadizo para presentar en una campaña electoral, sino una concepción de cuál es el rol que debe cumplir la ciencia en el desarrollo de un país.