En esta ocasión a través de Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires, la Iglesia Católica ratificó su preocupación por el nuevo protocolo de seguridad instrumentado por Patricia Bullrich, que literalmente da rienda suelta al gatillo fácil.

"Las fuerzas de seguridad son necesarias pero nunca es necesario el abuso de autoridad", dijo el sacerdote con relación a que el nuevo protocolo permite a las fuerzas federales disparar a matar sin necesidad de probar que el sospechoso esté armado.

Sobre la llamada "saturación" que lleva adelante el Gobierno en zonas calificadas como "críticas", Carrera sostuvo: "Cuando hay presencia de las fuerzas de seguridad inmediatamente tiene que haber presencia del Estado a través de la educación, de generar trabajo genuino".

Ya la semana pasada el propio papa Francisco se había referido al protocolo al advertir que "todo uso de fuerza letal que no sea estrictamente necesario para este fin solo puede ser reputado como una ejecución ilegal, un crimen de Estado".