La sacó perfecto, no solo en el tono, que es lo primero que buscan los imitadores, sino en la actitud, en lo que piensa cuando actúa como actúa.

Es que cuando Elizabeth Vernaci quiere destrozar a alguien, sabe cómo hacerlo. No se queda en la muletilla o el chiste fácil, va al núcleo del personaje y lo desarma.

Así logró una acabadísima imitación de Viviana Canosa que hace reír pero también muestra el patetismo de sus poses.