La lógica que manejó Axel Kicillof es tan simple como irreductible: si los contagios están ante cualquier descuido y cualquier lugar, también están en las escuelas. La ida de que estas son un lugar donde el virus no se acerca no tiene ningún sentido.

Y por otro lado, el gobernador de la provincia de Buenos Aires fue más allá y sostuvo que no alcanza con el amesetamiento de casos de contagios mientras se mantenga entre los más altos de la pandemia, sino que hay que bajarlos con urgencia porque siguen complicando al sistema de salud.