Es un problema que atraviesa al país de punta a punta. Los cierre de fábricas no cesan y los mandatarios provinciales levantan la voz para ver si, de una vez, el gobierno reflexiona sobre un aspecto central: las importaciones. 

En el caso de La Rioja, lo que preocupa es el sector textil. El gobernador Sergio Casas dijo que  necesitamos "un equilibrio en la apertura de importaciones", señaló el mandatario durante la apertura de la 98° reunión del Consejo Federal de Trabajo, donde Casas ofició de anfitrión. 

"El Parque Industrial de La Rioja es el principal polo textil de Sudamérica", afirmó Casas para realzar la problemática; y añadió que necesita "un techo a las importaciones y que se pueda dar un rango de competitividad para mantener las fuentes laborales", agregó el Casas, según el periodista Ariel Basile en una nota de Ámbito Financiero. 

Sindicatos y empresarios locales sellaron un acuerdo de cese de los despidos por 180 días, aunque desde la CGT local advirtieron que los empresarios están incumpliendo su parte.

También en Catamarca afecta la situación textil, Allí, Lucía Corpacci (FpV) cuestionó la apertura y dijo que hay una "crisis industrial inocultable". "La apertura a la importación masiva pone a la industria nacional en serias dificultades; si a eso le sumamos el incremento de la tarifa eléctrica y del combustible, hay que reconocer el impacto", manifestó la gobernadora Corpacci en un acto de entrega de maquinarias a Vialidad.

En Chubut, el gobernador Das Neves se reunió con los trabajadores de la empresa Guilford para avanzar en una serie de subsidios estatales tras el cierre de la compañía. Aunque en tono menos estridentes que en otros reclamos, Das Neves llevó el tema a su última reunión con el ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, a principios de mes. "El planteo más importante que hicimos con respecto al sector textil fue lo referido a la situación específica de la hilandería y apertura de importaciones", dijo el titular de la cartera de Producción de Chubut, Pablo Mamet. 

En Santa Fe, el cierre en Rosario de la fábrica de llantas Mefro Wheels, despertó todas las alarmas. Miguel Lifschitz cuestionó la política de barreras bajas del Gobierno nacional al afirmar que "creemos que un país integrado al mundo debe importar lo que necesita, lo que no se fabrique en el país. No podemos poner en riesgo la industria nacional con productos importados que compiten a precios más bajos", dijo Lifschitz.

"Las grandes inversiones no llegaron y no hay certezas de que vayan a llegar", mencionó el socialista, y agregó que si se mantuvieron puestos de trabajo registrado en la provincia fue por "el esfuerzo de productores y empresarios" de esperar la evolución de la economía antes de tomar medidas drásticas.

El puntano Alberto Rodríguez Saá, cuya provincia vivió el cierre de textiles como Alpargatas o Puma a finales de 2016, también mostró preocupación sobre el tema. En su reunión con Oscar Parrilli en el Instituto Patria -afín al kirchnerismo-, los dirigentes peronistas declararon unir fuerzas contra "la apertura indiscriminada de las importaciones" y contra las "políticas neoliberales".