El ajedrez judicial parece ser una de las disciplinas que mejor le sientan al Presidente, por lo menos parece ser el terreno donde no teme equivocarse, y con sus aliados viene tejiendo una red de sostén legal. 

Esta semana el presidente Mauricio Macri envió al Senado el pliego para ascender a juez a Juan Tomás Rodriguez Ponte, quien viene desempeñándose como director de la oficina de escuchas desde que quedó bajo la órbita de la Corte Suprema, cuando Cambiemos asumió el gobierno: casi inmediatamente después de las mil causas dictadas contra la expresidenta, los medios comenzaron a inundarse de audios privados de conversaciones entre Cristina y su exsecretario, Oscar Parrilli.

Díaz atrás, Macri optó por María Eugenia Capuchetti para reemplazar a en el juzgado número 5 de Comodoro Py a Norberto Oyarbide, por lo que es casi un hecho que Rodriguez Ponte sería nombrado en el juzgado federal de Lomas de Zamora si cuenta con el aval de la cámara alta.

En un informe de Ari Lijalad, El Destape recordó que al momento de las acusaciones por la ilegalidad de las escuchas -una causa por encubrimiento a López Corradi, inventada contra Parrilli les permitió pinchar su teléfono- Rodriguez Ponte invitó a determinados periodistas a recorrer las instalaciones de la oficina de escuchas y puntualizó un especial para Telefé donde Rodriguez Ponte llevó al conductor Rodolfo Barili a la Subdirección de escucha directa, mostrando en una pantalla un listado de números de celular y la palabra Operativo entre paréntesis.

“No se puede mostrar las pantallas con los números telefónicos intervenidos que se están escuchando en forma directa. Ahí se rompió la confidencialidad. Los números telefónicos es el tema más delicado, lo que más hay que cuidar, acá los filmaron”, indicó por entonces la fiscal Cristina Caamaño al El Destape, que lo antecedió a Rodríguez Ponte en su función y durante su estadía al frente de las escuchas, nunca se filtraron audios de nadie.