Está claro que la intención es mostrar lo popular como el descontrol, lo sucio y lo pobre. Como una invasión que en la década del cuarenta del siglo pasado se lo llamó 'aluvión zoológico' para describir el 17 de octubre, la llegada de animales a la Ciudad.

Pasado el tiempo, la búsqueda de la denigración es menos salvaje e intenta por el lado del desorden, lo insurrecto y poco respetuoso.

A partir de esa premisa, a Jorge Macri se le ocurrió que la idea de 'parripollos' en las calles de Recoleta podrían dar una visión suficientemente fuerte como para sostener que evitó lo que hubiese sido un sacrilegio.

Daría gracia, si no fuera trágico.