Luego de las elecciones de autoridades en el PJ bonaerense, empieza a haber un panorama más claro para lo que será el rearmado del poder del Frente de Todos.

Y quienes dan muestra de ello son los intendentes que responden a Máximo Kirchner y Martín Insaurralde. A diferencia de lo que pasaba tiempo atrás, Alberto Fernández ya no es el faro de los jefes comunales que empiezan a ver dónde pondrán sus fichas de cara a las elecciones del 2023 con una preocupación clara: cómo mejorarle la vida a los vecinos y mantener el territorio.

Es que la inflación y la salida de la pandemia vienen siendo el gran problema de la población en especial en el conurbano.

No hay que olvidar que la gran unidad que gestó el Frente de Todos tenía el claro objetivo de evitar que Mauricio Macri lograra un segundo mandato que continúe con el plan neoliberal que bajó los salarios y disparó la inflación.

Es por eso que, bajo esa misma lógica, no sorprende que ahora, a más de año de las elecciones nacionales los jefes comunales le saquen el pie del acelerador al apoyo de Alberto Fernández, quien no ha logrado el absoluto consenso. En parte por los problemas que desató la pandemia y en parte también por la falta de avances claros en reparar todo el daño que provocó Mauricio Macri.

Es por ello que no sería una sorpresa que dirigentes del ala más dura del kirchnerismo, los que pusieron el cuerpo y la experiencia durante los mandatos de Cristina, sean quienes empiecen a sonar más fuerte como opciones. 

Desde luego, la investidura del Presidente tiene su peso específico para la candidatura. La clave pasará por la capacidad de Alberto de hacer en este tiempo lo que, por falta de quizás fuerza y por los problemas harto conocidos, no ha logrado en su gestión.