El periodista de La Nación Hugo Alconada Mon no tuvo opción y tuvo que reconocer que toda la investigación de su diario sobre los llamados “cuadernos de la corrupción” estuvo basada en unos escritos que no pueden ser tomados como prueba.

Y es que las pericias oficiales demostraron que los mismos tenían tachaduras y correcciones que incluso no fueron hechas en su totalidad por el chofer Centeno. También se demostró que hay al menos dos velocidades de escritura lo que demuestra que una parte fue escrita por el chofer y la otra se le dictaron.

Toda la investigación se va al tacho y el periodista Diego Cabot que recibió el premio Rey de España por este trabajo debería, al menos, pedir perdón y devolver el premio.