La operación a la que se sometió Cristina Kirchner se llama histerectomía y consiste en una extirpación del útero. En algunas ocasiones también los ovarios y las trompas de Falopio.

En una cirugía convencional de este tipo se realiza una incisión abdominal, similar a las que se realizan en una cesárea. 

Algunas de las causas que motivan este tipo de prácticas quirúrgicas son la presencia de fibromas, engrosamientos del endometrio, endometriosis, dolores crónicos en cadera o pelvis, o el hallazgo de tejidos malignos.

Según información de oficial, se espera que quede internada con una recuperación que puede extenderse de 48 horas a cinco días.

Tras ese lapso, la Vicepresidenta podría comenzar a reincorporarse a sus actividades de manera gradual, hasta retomar plenamente su rutina en tres semanas.

Cristina se había hecho estudios el sábado 2 octubre en el mismo el Sanatorio Otamendi como parte de un chequeo programado, y entonces completó unos análisis "habituales", informaron sus allegados en aquel momento.

Durante su período como Presidenta, Cristina tuvo que someterse a dos prácticas quirúrgicas: en 2012 se le extirpó la glándula tiroides en el Hospital Universitario Austral, en Pilar, tras un diagnóstico que detectó nódulos y que luego constató que se trataba de "adenomas foliculares".

En 2013, regresó al quirófano para ser operada por un hematoma subdural que había sido localizado entre el cerebro y el cráneo, y la cirugía, llevada a cabo en la Fundación Favaloro, se realizó sin complicaciones en menos de dos horas.