Por un lado se busca generar una situación similar a lo que ocurrió en 2001, cuando la antipolítica llegó a su punto más alto. Y por el otro, es un reflejo del discurso del odio disparado desde los medios hegemónicos contra el peronismo que se le mete a algunos en la cabeza y quieren materializarlo.

Juan Grabois fue abordado por personas que blandían banderas argentinas y le gritaban ''chorro'' cuando se encaminaba hacia una de las puerta laterales del Congreso.

Sin perder la calma y mostrándoles los dedos en V siguió su paso sin inmutarse pero tomando nota de una práctica que se está haciendo parte de una operación de amedrentamiento llevada a cabo sin disimulo.