Juan José Aranguren está insospechado de tener algún tipo de amor al kirchnerismo, sin embargo eso no ha sido suficiente como para refrendar una sospecha de corrupción que irresponsablemente deslizó Kulfas y fue pasto para las fieras que se subieron a ella para agitar el nunca terminado lawfare.

Desde diputados de Juntos por el Cambio que hicieron denuncias, hasta periodistas que dejaron caer acusaciones insustanciales, todo es válido para golpear al Gobierno.

Pero Aranguren derrumbó este armado al defender que Techint es la única empresa en condiciones de entregar los caños que se necesitan para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.