A Amalia Granata hay que reconocerle la persistencia. Si uno creía que viniendo del mundo del espectáculo se iba a amedrentar en la lucha política se encontró con un personaje que sigue mostrándose firme en haber encontrado su lugar en el mundo.

Claro que para pasearse con esa comodidad es necesario tener del otro lado de la mesa a un periodista complaciente como Nicolás Wiñazki que no solo no le repregunta sino que la trata como a una representante de 'la nueva política' contra los vicios de 'la vieja política'.

Por eso puede sostener ligera de cuerpo que el COVID es "una enfermedad más" y que "el Gobierno no tiene plan para enfrentarla", sin que nadie le cuestione que se trata de una pandemia que mata, no como la mayoría del resto de las enfermedades, y cuál sería su plan para combatirla.