Mauricio Macri no solo está furioso con la mayoría del pueblo argentino que no lo votó en las PASO, como lo dejó bien en claro el lunes siguiente y como lo reitera en cuanta ocasión le dan lugar.

También lo está con los empresarios “panqueques” que, tras rendirle pleitesía durante más de tres años, ahora se rindieron a los pies de Alberto Fernández luego del arrollador triunfo en las Primarias nacionales.

Los bancos nacionales y extranjeros parecen estar entre los destinatarios de la furia macrista: ahora afirman que el triunfo de Fernández es irreversible y llegan a afirmar que el nuevo escenario “no es el deseado, pero tampoco es apocalíptico”, según destaca Marcelo Bonelli, vocero oficioso del Gobierno.

Este giro de 180 grados de bancos y empresarios cayó como una bomba en la Quinta de Olivos, prosigue el periodista en Clarín, desde donde Macri los trata de “panqueques” y sin códigos. “Yo sé que me van a abandonar, pero que disimulen un poco… Estos te ven en el piso y te patean”, dice Bonelli que dijo Macri a sus íntimos.

Además de banqueros de toda nacionalidad, el Presidente ya tiene entre ceja y ceja a Marcos Galperín, CEO de Mercado Libre que de militante macrista pasó rápidamente a simpatizante albertista, y a la cúpula de la UIA que dirige Miguel Acevedo, que dejó trascender su beneplácito por el triunfo de los Fernández.