La reunión de los triunviros de la CGT y los principales líderes sindicales, que se llevó a cabo el jueves en la sede de Azopardo 802, no dejó solamente el rechazo a las “intromisiones” del Gobierno en la vida sindical y la convocatoria a un acto por el Día del Trabajador en Obras Sanitarias.

También desnudó las diferencias entre los diferentes sectores que llevaron a la reunificación de la central obrera y que momentáneamente mantienen el frágil equilibrio que impide una nueva ruptura.

Mientras hacían el balance del paro general del 6 de abril y formulaban críticas a los medios de comunicación por no reflejar los "alcances" de esa medida, se llegó a una fuerte discusión entre los líderes gremiales que, según trascendió, puso en duda la continuidad del triunvirato.

Todo empezó cuando el jefe del Sindicato de Peajes, Facundo Moyano, pidió disculpas por sus críticas hacia el modelo sindical de reelecciones indefinidas, lo que generó una fuerte reacción de Daer, quien a su vez le reprochó su perfil "farandulero", en alusión a su presunto affaire con Susana Giménez, lo que disparó la discusión.

Ante esta situación, el titular de La Fraternidad, Omar Maturano, resaltó el rol de los gremios del transporte en los paros, de modo que se produjo una división entre los sindicatos del sector y el resto de la central.

En medio de un tenso intercambio de acusaciones y reproches, el asunto fue saldado cuando el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, acercó posiciones con Schmid para garantizar la unidad de la CGT.