Los boinas blancas pasan por un momento complicado. La falta de liderazgo pone a la UCR en el abismo del rumbo político. En el piso de TN, los dirigentes Julio Cobos y Ernesto Sanz debatieron sobre qué hacer en octubre.

Sin pelos en la lengua, Ernesto Sanz pretende que la Convención Nacional radical que se va a llevar a cabo el sábado, defina una alianza con el PRO. En realidad, en los hechos eso quiere decir apoyar la candidatura de Mauricio Macri, y entregar el partido demócrata abiertamente a un programa de derecha.

En ese marco, Julio Cobos intenta armar un frente más amplio, aunque no muy bien delimitado. El mendocino quiere presentar un programa y desde allí llamar a la integración.

En los hechos, el resultado de ambos caminos puede terminar en el mismo sitio: apoyar como presidenciable a un no-radical.

Lo cierto es que desde el deceso de Raúl Alfonsín, el partido blanco y rojo no terminó de encontrar identidad. Al menos no, en el plano nacional.

Un dato no menor, es que pese al difícil momento, la estructura del partido es de las más grandes y cubre la extensión de todo el país. Ello lo vuele una tentación tanto para Sergio Massa como para Mauricio Macri.

Ambos dirigentes opositores ven en la UCR la posibilidad de llegar a los rincones de Argentina donde ninguno de los dos tiene fuerza real.

La pelea entre Sanz y Cobos, es la punta del iceberg de los problemas de fondo que tiene el radicalismo para superar el gran escollo que resultó el kirchnerismo para toda la política nacional en general.

Los doce años de gobierno del FpV, han dejado en un lugar incómodo a todos los partidos políticos. Y la UCR no estuvo exenta de esa situación.