Un dato: desde el 10 de marzo, cuando se elija gobernador del Neuquén, hasta el 16 de junio, cuando los habitantes de San Luis hagan lo propio, solo habrá tres fines de semana sin actos electorales en algún lugar del país.

Y el dato no es aleatorio, producto de la casualidad. Es que la mayoría de los gobernadores eligieron desdoblar las elecciones provinciales por obvias razones: temen como a la peste llevar en su misma boleta a Mauricio Macri.

Es tal el descrédito electoral en el que cayó el Presidente producto de los desaguisados económicos que generan sus políticas, que los propios mandatarios de Cambiemos han decidido despegarse de semejante lastre electoral.

Y encima saben que la cosa va de mal en peor.