Las palabras de Anabel Fernández Sagasti van en la misma dirección que las que se escucharon desde sectores del oficialismo desde el momento en que Fernando Sabag Montiel le gatilló un arma en la cabeza a Cristina Kirchner: bajar la violencia de las discusiones y terminar con los discursos de odio.

En la sesión especial de este jueves en el Senado para repudiar el intento de asesinato contra Cristina Kirchner, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, fue clara: “Después del jueves 1ro de septiembre la Argentina no es la misma ni debe ser la misma. En este caso los repudios al intento de asesinato a la vicepresidenta tienen que ser sin reservas, sinceras, sobre todo las instituciones tienen que dar respuesta a este terrible hecho que conmocionó, no solamente a todos los argentinos que pacíficamente salieron el viernes a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero también en cada provincia, municipios y pueblos, donde no hubo ni una rotura de vidrio en esas manifestaciones de profundo afecto hacia la vicepresidenta de la Nación y de solidaridad y de repudio a la violencia política.

Hace una semana acá debatíamos sobre la violencia política y la persecución judicial que hace años soporta la vicepresidenta de la Nación. Dábamos cuenta del hostigamiento a la vivienda de la presidenta de este Senado al ver cómo las pantallas partidas enfocaban el domicilio y eso replicado a través de las redes, hacía que manifestantes que iban a amenazarla de muerte a su casa se repetía a partir del 9 de diciembre del 2015 a la fecha con más frecuencia y más violencia.

Nosotros en ningún caso siendo oposición u oficialismo, fuimos a la puerta de ningún presidente, de ningún gobernador, de ninguna vicepresidenta, dirigente de la hoy oposición. No somos eso, no creemos eso porque el debate político tiene que volver a su hábito natural que es a través del debate de ideas, no a través del hostigamiento y la persecución judicial de aquellos dirigentes que piensan diferente y tiene que darse en este recinto”.