Ya se sabía cómo era el compromiso de los laboratorios con los estados nacionales. En un contexto de pandemia los laboratorios solo pueden venderle a los países y hasta que no estén cumplidos esos contratos en su totalidad no pueden seguir comprometiendo partidas de vacunas.

Es decir que no había una "prohibición" de que las provincias o las ciudades pudieran comparar sino que no hay existencia de vacunas suficientes para cubrir la demanda.

Esto no sólo termina con la mentira de que no los dejaban comprar sino también con la operación que se hizo con una supuesta compra de parte de Matías Almeyda para inocular al pueblo de Azul.

El ministro de Salud porteño tuvo que reconocer que los laboratorios no les venden.