A pesar de que el Gobierno hace alarde de estar llevando adelante un plan económico exitoso, los números no le cierran y suele tener que pedir ayudas extras para conservar la estabilidad.

Así fueron el préstamo al Fondo Monetario Internacional y el megablanqueo, en momentos donde el control sobre el tipo de cambio hacía agua.

Eduardo Feinmann es consciente de esto y decidió tomárselo a la risa, y burlarse del pedido de perdón al Fondo que tendrá que solicitar próximamente por no cumplir con lo prometido.