Hace tan solo unos días, Entre Ríos se transformó en la primera provincia con ley que prohíbe la técnica de fracturación hidráulica, fracking, en toda la extensión de su territorio. 

El tema llegó a la legislatura provincial luego de que las acciones de las asambleas ambientales nucleadas en el Foro Regional contra el Fracking lograran que más de 30 concejos deliberantes establecieran la prohibición en sus localidades.

“Si queremos evitar los efectos más devastadores del cambio climático, que se están haciendo evidentes tanto en Argentina como en toda la región, con inéditas inundaciones, tenemos que detener cualquier tipo de inversión en combustibles fósiles y llevar a cabo definitivamente una transición hacia una matriz energética 100% renovable”, concluyó Juan Pablo Olsson, integrante de Argentina sin Fracking en diálogo con El Día.

Y agregó: “Esta aprobación debe ser un estímulo para una lucha mucho mayor, a nivel nacional y con el acompañamiento de otros países hermanos como Brasil, donde se ha prohibido el fracking en más de 300 ciudades, Uruguay, donde ya se prohibió en cinco departamentos, Chile, Paraguay, Bolivia, Colombia, México y otros”.

La técnica del fracking genera un alto impacto medioambiental  a partir de la contaminación de acuíferos, el elevado consumo de agua para su desarrollo ademáscontaminación de la atmósfera y migración de los gases y productos químicos utilizados hacia la superficie. También contribuye a producir  incrementos en la actividad sísmica, la mayoría asociados con la inyección profunda de fluidos.

¿Qué es el fracking?

La fracturación hidráulica es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. Consiste en la perforación de un pozo, entubado y cementado, a más de 2500 metros de profundidad, en el cual se inyecta agua a alta presión para fracturar la roca y llegar así a la sección deseada de la formación contenedora del hidrocarburo.