Durante el Gobierno de Mauricio Macri se dio el debate en el Congreso Nacional sobre la despenalización del aborto, es cierto, pero siempre trató el tema con una cierta ambigüedad que no tenía ningún otro fin más que sumar adherentes de los dos bandos.

Ahora que perdió las PASO por más de 13 puntos y tiene escasas chances de revertir el panorama la estrategia electoral es la de fidelizar el voto duro: o sea el voto conservador y de derecha. Por este motivo Miguel Ángel Pichetto, su compañero de fórmula, se la pasa agrediendo a los sectores menos pudientes.

Así mismo, Macri llevó su campaña al norte argentino conocido por los altos índices de religiosidad, embarazo adolescente, violaciones intrafamiliares y pensamiento conservador. Allí besó un pañuelo celeste, dejando en claro su posición a favor de la legislación actual que permite abortos, ilegales e insalubres.