Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, consideraba que "los organismos del Estado no pueden convertirse en lugares de militancia fanatizada", en alusión a la intervención del AFSCA.

Coincidía así con lo dicho el mismo miércoles por el ministro de Telecomunicaciones, Oscar Aguad, sobre Martín Sabbatella: "Es un militante político", argumentaba el decreto presidencial para intentar desplazar al moronense de la AFSCA.

Sin embargo, lejos de ser fieles a su propia consigna (no a militantes en organismos del Estado), se nombraba un interventor en la AFSCA, Agustín Garzón, militante del Pro.

Egresado de la UCA como abogado, empleado jerárquico en la Secretaría General del Gobierno de la Ciudad y coordinador de Profesionales Pro, Garzón fue también legislador porteño por el macrismo; es decir, un militante hecho y derecho.

Tampoco se quedaron ahí. También el miércoles, el cordobés Rodrigo de Loredo era designado por el gobierno nacional como uno de los directores de la empresa satelital Arsat; el hombre era legislador radical en la Unicameral de su provincia.

Estamos hablando de otro militante, aunque esta vez radical (valga la aclaración). Y no sólo eso, sino que además se trata del yerno del ministro Aguad... Sí, el mismo que quiere echar a Sabbatella "por militante".