El asunto siempre fue confuso. La denuncia surgió en México y resonó en Argentina gracias a que la Cancillería lo dio a conocer: un hijo de Elisa Carrió estaba preso en ese país por un hecho vinculado al narcotráfico. Luego se rectificó la información pero el daño ya estaba hecho.

Carrió nunca se lo perdonó a Faurie. Y Clarín ahora lo pone en blanco sobre negro.