Los que utilizan políticamente la cifra de muertos que superó los 100.000 no hicieron mucho por evitar esas muertes y hasta en muchos casos alentaron para que la gente no cumpla con las restricciones, saliera a las calles, negaran el virus y hasta tomaran cloro.

Muchos de los representantes de la oposición, tanto en la política como en los medios, arengaron a la gente a no cuidarse y claramente son cómplices de esas muertes mas allá de que obviamente la responsabilidad final recae en el gobierno que pudo haber cometido errores en la administración generada por el COVID.