Hay lugares en el país que son casi prohibitivos para los clientes argentinos, que basan su estrategia comercial en atender las demandas de los turistas extranjeros. Entre ellos se destaca la parrilla ‘Don Julio’, considerada uno de los mejores restaurantes de latinoamérica, donde un bife de chorizo puede costar hasta diez mil pesos.

Esteban Trebucq no pudo evitar su sumisión al discurso liberal y decidió que era posible comparar ese valor de un plato de la parrilla más cara del país con el del mismo plato en un restaurante de Amsterdam, como si eso dijera algo, como si tuviera algún valor estadístico, como si reflejara que la economía neerlandesa está mejor que la nuestra por eso.