En retrospectiva, ahora no puede sorprender que Hugo Moyano haya pedido "esperar" ante la ola de despidos en la administración pública, que se produce simultáneamente con la devaluación y la escalada de precios que afectan directamente el bolsillo de los trabajadores.

Tampoco sorprende –ahora– que haya dicho que, ante medidas similares, hubiera enfrentado al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con medidas de fuerza, mientras se mantiene al margen ante el ataque en regla que la administración de Mauricio Macri lleva adelante contra el conjunto de los asalariados.

Incluso, evitó pronunciarse claramente contra el tope del 25 por ciento que el macrismo intenta imponer en las negociaciones paritarias, como los anunciaran desde el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, hasta el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Es que ese techo paritario es el resultado de un acuerdo secreto que suscribieron el líder camionero y el Presidente de la Nación la semana pasada, según el cual los aumentos salariales se acotarán a un rango del 24 al 28 por ciento, según informa Ámbito.com, como contrapartida de algunas 'concesiones'.

Moyano pretende entregar así el salario de los trabajadores a cambio de la reformulación integral del Impuesto a las Ganancias, la suba y universalización de las asignaciones familiares y, sobre todo, la distribución de un fondo multimillonario para las obras sociales sindicales.

Ese último ítem acordado implica el reparto a algunas obras sociales de 26 mil millones de pesos del Fondo Solidario de Redistribución que retiene el Estado, y que beneficiará de manera inmediata a los gremios más numerosos: Comercio, Sanidad, Construcción y el propio Camioneros, de acuerdo al citado diario.