Para la cartera nacional de la que depende Gendarmería, la "iniciativa" del comandante Juan Alberto López Torales, que simuló ser atropellado por un vehículo particular que circulaba por Panamericana, "fue consecuencia de la negativa a acatar la orden impartida por la fuerza de seguridad federal dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación".

En el comunicado oficial difundido este viernes, se afirma que el gendarme "actuó en acuerdo con la ley y en cumplimiento de un procedimiento policial dispuesto para liberar las arterias vehiculares interrumpidas por un grupo de personas empeñadas en entorpecer el normal desarrollo del tránsito de todos los ciudadanos".

El comunicado completo:

Un video viralizado desde la redes sociales y repetido por algunos canales de televisión incesantemente desde horas de la mañana se ha prestado a lecturas que pretenden inducir a una inversión de la carga de responsabilidades, victimizando a las personas que violan la ley de tránsito y alteran el orden ciudadano en nuestras rutas.

Este video en cuestión muestra la intervención de un jefe de la Gendarmería que a fines de julio decidió detener a un vehículo que circulaba deliberadamente a muy baja velocidad por el carril rápido de la autopista Panamericana con la finalidad de interrumpir la circulación.

La iniciativa del comandante Juan Alberto López Torales fue consecuencia de la negativa a acatar la orden impartida por la fuerza de seguridad federal dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, ante el riesgo de generación de un accidente contra otro vehículo o contra el conjunto de gendarmes apostados en la autopista.

El comandante López Torales actuó en acuerdo con la ley y en cumplimiento de un procedimiento policial dispuesto para liberar las arterias vehiculares interrumpidas por un grupo de personas empeñadas en entorpecer el normal desarrollo del tránsito de todos los ciudadanos.

Los abogados de las personas imputadas de violar el artículo 194 del Código Penal, interrumpiendo las rutas, intentan presionar a la opinión pública alentando lecturas conspirativas en las que sus defendidos, los obstructores permanentes del tránsito, serían en realidad víctimas inocentes.