La Comisión Bicameral para la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación, se encuentra por estos meses en un recorrido que llevará las audiencias públicas por todo el país. En las mismas, oradores de distintos sectores e intereses, se expresan en relación a las modificaciones que se han elaborado en el nuevo proyecto.

Las audiencias, que cuentan con la presencia de diputados y senadores, buscan recopilar sugerencias de los ciudadanos para luego mejorar el proyecto elaborado por una comisión que presidió el Juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Sin embargo, distintas agrupaciones católicas, coparon las audiencias en dos provincias: Tucumán y Neuquén. Allí, se presentaron varias personas que reiteraron discursos contra la reforma y criticaron el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Con exposiciones en la mayoría de los casos agresivas, atacaron a minorías y pidieron el cercenamiento de los derechos adquiridos. Aprovecharon la ocasión para oponerse a la "muerte digna" y a la fertilización asistida.

Algunos de los oradores que se presentaron en la Universidad Nacional de Comahue en Neuquén, se refirieron al proyecto como "el código de la muerte" sólo por contemplar el matrimonio entre personas del mismo sexo algo que según consideran "destruye la familia" a la que definen como "institución básica de la sociedad". Su argumento, flojo de papeles, es la "naturalidad" de cierto orden social, cultural y familiar preexistente; una concepción vetusta y ya desterrada fuera de de los sectores más conservadores de la Iglesia Católica.

En una de las exposiciones realizadas en el aula magna de la UNC de Neuquén, el orador se refirió a los homosexuales como "un error" lo que generó que los miembros de organizaciones de minorías sexuales, repudiaran con gritos las expresiones que llegaban desde el estrado.

Con esta "militancia" católica anti-reforma, los sectores más conservadores ligados a la Iglesia buscan generar la sensación de mayoría desdoblando discursos y repitiéndolos hasta el hartazgo con un gran número de oradores que se conocen entre sí y no lo disimulan en los establecimientos donde se realizan las audiencias.

Sin embargo, los legisladores y sus asesores, conocen la maniobra que estos sectores llevan a cabo para deslegitimar una reforma necesaria para un Código Civil que rige la vida de los argentinos y que fue redactado en el Siglo XIX.