Como anunciábamos, el Gobierno pretende capitalizar su victoria electoral del domingo apurando uno de sus objetivos más preciados: la reforma y flexibilización laboral que afectará a millones de argentinos.

Y tanto fue el apuro que apenas 36 horas después de conocerse el resultado de los comicios legislativos, el ministro Jorge Triaca recibe en la sede de la cartera laboral al triunvirato que conduce CGT: Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña.

En efecto, Triaca y los triunviros analizan este martes un temario que incluye el impulso del blanqueo laboral, la regulación de las prácticas profesionales o pasantías y, fundamentalmente, la modificación de los convenios colectivos.

El sector empresarial ya le había manifestado al Presidente la necesidad de que el Estado diera curso a esa reforma laboral ‘a la brasileña’. Por ejemplo, en la persona de del presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Fabián Tarrío.

El dirigente gremial empresario había afirmado que "la Argentina tiene un costo laboral alto", pero que "el problema no son los salarios sino "la cantidad de costos adyacentes que se agregan como obligatorios en la nómina salarial que también perjudican al trabajador".

Y al parecer, tanto la conducción de la CGT como varios de los principales dirigentes gremiales de extracción peronista ya plantearon su acuerdo con la posición empresarial y su disposición a discutir los convenios, presumiblemente a la baja.