En una paradoja más de los autores de las viejas recetas económicas, la crisis cambiaria y el acuerdo con el FMI, hacen que el propio organismo diga que a Argentina le va a ir peor de lo que decían meses atrás, cuando todavía no estaba acordado el préstamo. 

En el nuevo informe de Perspectivas Económicas Mundiales, recortó las las previsiones de crecimiento de América Latina en generl. En gran parte, esa situación se debe a la argentina, aunque también de lo que sucede en Brasil y México.

Mientras que el mismo informe del mes de abril vaticinaba un crecimiento del 2,6% para este año, ahora indica que será del 1,6 %. Son cuetro décimas menos de lo previsto anteriormente. En tanto que para el 2019, vislumbra un crecimiento de 2,6 %, dos décimas menos de lo calculado hace tres meses. 

"Aunque el alza de los precios de las materias primas continúa brindando respaldo a los exportadores de la región, el empañamiento de las perspectivas respecto de la edición de abril refleja la complicación del panorama para grandes economías", dice el informe que reprodujo el portal LPO, en referencia a Argentina, México y Brasil.

Para Argentina, el Fondo menciona como problemas por "la constricción de las condiciones financieras y el ajuste necesario de las políticas". Además recomendó a las economías emergentes "reforzar la resiliencia a través de una combinación adecuada de políticas fiscales, monetarias, cambiarias y prudenciales para atenuar la vulnerabilidad frente al empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, fuertes movimientos cambiarios y reversiones de los flujos de capital".

"La recomendación tradicional en cuanto a la importancia de restringir el crecimiento crediticio excesivo donde sea necesario, apuntalar balances bancarios saludables, contener los descalces de vencimientos y monedas, y mantener condiciones ordenadas en los mercados cobra más relevancia ante la renovada volatilidad de los mercados", agrega.