En una manifestación en la que se calcula que hubo unos 5 millones de personas en las calles se contabilizaron uno 31 heridos, es decir que es más fácil estadísticamente que te caiga un rayo que salir herido habiendo participado de los festejos.

Pero para uno de los ministros del peor gobierno de la historia que terminó con una masacre de argentinos por las calles de Buenos Aires, los festejos estuvieron al borde de una catástrofe.

Si, así, sin ponerse colorado Hernán Lombardi calificó lo que fue una fiesta popular sin precedentes.

Lombardi asegura que se puso en riesgo la vida de los jugadores y la vida de los ciudadanos.

La única manera de comprender lo que quiso decir, sin pensar que el hombre es un canalla, es que se esté haciendo cargo y diciendo que este gobierno no tuvo a capacidad de hacer un desastre mayúsculo como el que hizo el gobierno del que formó parte, pero eso sería reconocer su participación.