Por primera vez desde que arrancaron las medidas para frenar al coronavirus se sintió una crítica generalizada. Es que la imagen de abuelos, justo el sector de más riesgo para la enfermedad, haciendo colas a la intemperie no había forma de defenderla. Y de ese malestar también fue parte el propio presidente de la nación.

Alberto Fernández se "enfureció" por lo ocurridó, informó el periodista Román Lejtman en una nota de Infobae de esta tarde.

El jefe de Estado se comunicó con Miguel Pesce, titular del Banco Central y en Olivos juran que estaba “con un nivel de calentura” nunca visto, contó el cronista. 

"El Presidente no es amigo de Palazzo, estaba enfurecido y lo hizo responsable por el maltrato a los jubilados, pensionados y beneficiarios de los planes sociales que pasaron la noche sin dormir frente a la puerta vidriada de una entidad bancaria", cuenta la nota. 

La nota cuenta también que Alberto "exigió soluciones inmediatas ante una coyuntura que se extenderá en el tiempo: las empresas necesitan que los bancos estén abiertos, miles de beneficiarios de los planes sociales no están bancarizados, y el IFE (con 11 millones de inscriptos) también se otorgará en mayo y junio."