Cuando Viviana Canosa le preguntó porque el presidente Alberto Fernández necesitaba adquirir poderes extras que los que le otorga la Constitución, Fernando Navarro puso su mejor cara de asombrado y la llevó a que explicara lo que estaba denunciando.

Era tan pobre la argumentación que la sostenía que la propia propagadora de la hidrocloroquina se dio cuenta de lo mal que la estaba pasando.