Rodeados por un operativo comandado por el Servicio Secreto de los Estados Unidos y ante un puñado de funcionarios, Barack Obama y Mauricio Macri dijeron rendir homenaje a las víctimas de la dictadura, en un acto que se llevó a cabo en el Parque de la Memoria, ubicado en Costanera Norte.

Allí se consumó lo que Nora Cortiñas y otros referentes de los derechos humanos calificaron acertadamente como "una provocación", ya que quienes rindieron el 'homenaje' fueron el presidente del país que promovió y financió la dictadura cívico-militar y el heredero de una de las empresas más beneficiadas durante el período 1976-1983.

Por esa razón, todas las organizaciones de derechos humanos se negaron a participar del acto, tratándose de las únicas que, con su lucha, desde hace 40 años rinden homenaje constante a los desaparecidos y asesinados durante ese negro período de la historia argentina.